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Cocaína y deterioro cognitivo

Publicado por cafeteriavalencita

El consumo de cocaína y sus repercusiones

La valoración de los daños neuropsicológicos que provoca el consumo continuado de cocaína es una variable esencial para comprender el funcionamiento neurofisiológico cerebral y la evolución clínica y terapéutica de los pacientes. Investigaciones previas refieren que el consumo de cocaína de manera crónica provoca diferentes alteraciones de las funciones cognitivas. Resulta claramente significativo las alteraciones en atención, desvío atencional y memoria de trabajo. También  presentan mayor impulsividad.

El consumo de cocaína es, sin duda, uno de los principales problema socio-sanitarios de la actualidad. A las severas repercusiones sociales y la grave problemática legal se ha de sumar el daño físico que dicho consumo supone.

El consumo de cocaína provoca severas alteraciones físicas y psíquicas.

Son de sobra conocidas algunas de las repercusiones físicas que el consumo de cocaína puede provocar, no siendo necesario un consumo continuado para algunas de ellas. Así se puede citar la aparición de problemas cardiólogos y vasculares, daños pulmonares, infecciones si se emplea la vía parental. Uno de los órganos más directamente afectado por el consumo de la sustancia es el cerebro.

El daño menos aparente pero el más dañino, y producido por el consumo continuado de cocaína, podemos encontrar cambios metabólicos cerebrales y sobre todo, fenómeno de disregulación  de los neurotransmisores y receptores. Este determina el funcionamiento diario del sujeto, de su personalidad y de las funciones cognitivas.

La cocaína actúa como un inhibidor de la recaptación de la dopamina, a través de su proteína portadora. Los datos más significativos implican por un lado fallos en respuesta inhibitoria relacionados con tares haz/no hagas, incapacidad para rechazar respuestas y estímulos inapropiados, y una mayor tendencia a la perseveración. Existe también un bajo rendimiento de atención, atención dividida, almacenamiento de una nueva información, fluidez y memoria de trabajo, fallos en la memoria visual y verbal, alteración en la velocidad motora, velocidad de procesamiento de la información y memoria. Se aprecia igualmente alteraciones ejecutivas, fallo en la solución de problemas, cambio conceptual, abstracción, habilidades perceptivas y espaciales, y flexiblidad para el cambio. Se encuentran también fallos en las tareas motivacionales y las asociadas con la recompensa. Se señalan también fallos en el procesamiento de los errores, en el manejo de la consecuencia de los mismos, y en el aprendizaje a partir de ellos.

Algunos estudios señalan precisamente que el nivel de deterioro cognitivo por el consumo de cocaína es una medida de recaída y fracaso terapéutico.

Recuperación tras periodos prolongados de abstinencia.

Un aspecto especialmente importante a considerar es que hasta la fecha no hay una evidencia clara de que estos fallos cognitivos revierten tras periodos prolongados de abstinencia, a diferencia de lo que parece ocurrir con otras sustancias. La recuperación, si ocurre, es más bien parcial y no afecta por igual a todas las funciones lesionadas.