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Efectos de la adiccion a la cocaína

Publicado por cafeteriavalencita

La cocaína es una droga muy poderosa, capaz de alterar significativamente el estado psicofisiológico del consumidor. A lo largo de la historia de la coca se ha usado como un vigorizante físico. La capacidad de la coca para reducir el hambre y la fatiga y estimular la actividad muscular ha sido ampliamente reconocida. Se ha sugerido que este efecto se debe al consecuente aumento de la acidez de la sangre, a partir del ácido úrico, y a la estimulación del proceso de degradación de carbohidratos para obtener energía en los tejidos. Aún suponiendo que esta acción metabólica ocurre, el efecto en el consumidor sigue dependiendo de numerosos factores. Como con cualquier otra droga, los efectos de una dosis mínima en particular varían con el estado mental y el bienestar físico del consumidor.

La estimulación es mucho más profunda si el individuo está por debajo de lo normal, se siente fatigado o con hambre. Los efectos son mínimos si está presente la euforia normal asociada a una buena salud. La cocaína ha demostrado tener un efecto positivo en la actividad muscular en general y, más específicamente, sobre el tiempo de reacción y fortaleza muscular.

Los investigadores no han sido capaces de demostrar ningún efecto directo de la cocaína sobre los nervios motores o sobre un grupo de músculos; por ello, han concluido que su efecto es probablemente indirecto, actuando para aumentar la sensación general de bienestar y la disposición al trabajo.

Farmacológicamente, la cocaína produce dos acciones diferentes y no relacionadas:

  • En primer lugar actúa como anestésico local. Después de la aplicación local, la cocaína bloquea la conducción de impulsos en las fibras nerviosas durante cerca de 20 a 40 minutos, debido a su capacidad de interferir con el movimiento de iones de sodio a través de la célula nerviosa.
  • En segundo lugar es un poderoso estimulante del sistema nervioso central. Este efecto empieza en el sistema nervioso simpático cortical, probablemente debido al bloqueo por competencia de la reabsorción de norepinefrina de regreso a la fibra adrenérgica.

La acción sobre el sistema nervioso central, que produce euforia y excitación, representa el principal motivador para el uso de cocaína. Esta droga refuerza las más caras aspiraciones de iniciativa y realización al proporcionar al consumidor mayor energía y optimismo. Psicológicamente, la cocaína causa un aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, elevación de la temperatura corporal y la presión arterial, constricción de los vasos sanguíneos y dilatación de las pupilas.

Dado que la cocaína es de corta acción, puede usarse repetidamente, y tomarse en un solo día cantidades excesivas (más de 10 gramos). La dosis letal es aproximadamente 1.2 gramos (1200 mg.) para la mayoría de los individuos, si se toma de una sola vez. La muerte, en este caso, se debe a una falla respiratoria, aunque ocurre raras veces. Las dosis grandes o el uso crónico pueden producir angustia, alucinaciones, impotencia e insomnio; crean una sensación de fortaleza mental y muscular, así como alucinaciones visuales, auditivas y táctiles.

Las ilusiones paranoides, combinadas con la sensación excesiva de poder personal, pueden hacer de una persona que consume grandes dosis, especialmente inyectadas, alguien muy antisocial y peligroso. Frecuentemente ocurren cambios rápidos en la percepción; se embota el juicio; se produce una liberación de inhibiciones; y son características de aquellos que abusan de la cocaína la agresión, las reacciones de pánico y, con el tiempo, la depresión agitada.

A pesar de que se crea una fuerte dependencia psíquica hacia la cocaína, el uso de esta droga no provoca dependencia física. No existe síndrome de abstinencia ni se presentan síntomas de privación cuando la droga es retirada. Debido al rápido metabolismo de la cocaína, pueden administrarse grandes cantidades en períodos relativamente cortos. En general se considera que esta droga no crea tolerancia, aunque este punto sigue siendo debatido por varios investigadores. A pesar de la posible ausencia de tolerancia física o dependencia, esta droga se caracteriza por una fuerte tendencia por parte de los consumidores a seguirla usando. Induce un alto nivel de dependencia psíquica y a menudo da lugar a un tipo destructivo de abuso de drogas. Este patrón es a menudo difícil de entender ya que muchos consumidores ocasionales no informan de efectos adversos, necesidad de la droga, ni adicción.

Sin embargo, hay voluminosos reportes de abuso que siguen este patrón general: poco después de administrada la droga hay una pérdida de sensibilidad en la cavidad bucal y a menudo sensación de no tener lengua. Una sensación agradable de calor por todo el cuerpo es seguida de una sensación de excitación creciente. El consumidor se siente fuerte y animado, capaz de emprender cualquier acción. El consumidor se siente fuerte y animado, capaz de emprender cualquier acción. La fatiga se reduce y frecuentemente se experimentan sensaciones agradables de riqueza y poder.

Esta sensación de regocijo dura desde 45 minutos hasta 2 horas, dependiendo de la calidad de la cocaína y del grado en que ha sido rebajada A medida que los efectos desaparecen, generalmente se presentan la depresión y la fatiga. El dolor de cabeza y el malestar producen a menudo un fuerte deseo de elevarse de nuevo. No es por tanto difícil de comprender el deseo de continuar usándola, aunque no se cree dependencia fisiológica (1). Pero nuevamente, como en el caso de otras drogas, la forma de usar la cocaína depende del individuo. Algunas personas la usan ocasionalmente con resultados favorables, mientras que otras quedan atrapadas en un círculo vicioso de abuso.